¿Por qué da hipo después de comer?

¿Por qué da hipo después de comer?

Por norma general, el hipo puede durar unos minutos. Es algo que se puede quitar al poco tiempo de haber aparecido; sin embargo, también se dan casos en los que puede durar horas, días o semanas. Esto suele estar relacionado, básicamente, con otro problema de salud. Los espasmos pueden llegar a ser muy molestos si se producen de forma consecutiva, debido a que son incontrolables y si suceden con una alta frecuencia puede incluso dificultar el desarrollar correctamente nuestras actividades diarias. ¿Pero qué es lo que lo provoca? y, específicamente, ¿Por qué da hipo después de comer?

Una de las circunstancias que ocasionan el hipo es la irritación del diafragma. ¿Esto qué supone? Pues que se produce un descenso brusco del mismo, algo que motiva la rápida entrada de aire en la garganta y de forma repentina. Una vez que se produce este episodio, el aire choca contra la laringe y las cuerdas vocales se cierran de manera rápida y efectiva, de tal manera que se produce el sonido del hipo. De todas formas, ¿cuáles son las causas que hacen que el diafragma se irrite y se inicie el proceso del hipo?

Comer muy rápido 

Una de las principales causas es comer demasiado rápido. Normalmente, la velocidad a la que ingerimos los alimentos puede ser motivo más que suficiente como para generar un estado de saturación alimentaria. 

Comer mucho

Del mismo modo, consumir una alta cantidad puede ocasionar esa irritación estomacal que, junto con la alteración del sistema nervioso, se inicia el hipo. 

Comer alimentos picantes o muy calientes

Lo mismo ocurre si los alimentos consumidos están demasiado calientes o son picantes. De una forma u otra, generan esa irritación del diafragma o del estómago, de tal manera que se genera una hinchazón que, obviamente, conlleva una irritación.

Comer con alcohol o con bebidas con gas 

Si quieres saber por qué da hipo después de comer tienes que tener en cuenta que, cuando se bebe alcohol, el reflujo gástrico es el causante del hipo. El esfínter esofágico interior se reduce y, al perder fuerza, se devuelven del estómago al esófago, un hecho que motiva la irritación del diafragma y la aparición del hipo. 

Por esta razón, cuando se produce un consumo excesivo de alcohol, es habitual desarrollarlo y que dure bastante tiempo; de hecho, hay personas que pueden ser más propensas a padecerlo, especialmente aquellas que están acostumbradas a realizar un elevado consumo de bebidas destiladas. De todas formas, las bebidas carbonatadas también son propensas a generar el hipo que puede venir acompañado de expulsión de aire desde el estómago. 

Hay que tener en cuenta que el simple hecho de padecer hipo ocasiona un estado de nerviosismo que, por otro lado, puede incrementar la frecuencia tras su aparición; es decir, cuanto más se piensa en él y en la dificultad de quitarlo, más posibilidades se tiene de que permanezca; por tanto, puede haber cierto componente psicológico, aunque esto no suele ser habitual. Lo más normal es que se padezca por los motivos expuestos hasta ahora.

¿Es grave el hipo?

El hipo está asociado a ciertas acciones de consumo elevado de alimentos o alcohol. Esto implica un exceso que, evidentemente, no es saludable, de ahí que se produzca esa irritación del diafragma. No quiere decir que se padezca algo serio o grave. Hay gente que puede iniciar el hipo de forma rápida sin haber hecho un exceso en la alimentación o que se produzca solo por haber tomado una bebida o por tener aire en el estómago. En el fondo, se pueden juntar diferentes factores que lo desarrollan.

El metabolismo, los medicamentos, los trastornos en el sistema nervioso y otras afecciones en el organismo, puede ocasionar el hipo. No es algo controlable al 100%, pero sí que se recomienda la supervisión de un médico especialista en el caso de que se haya desarrollado el hipo crónico o si se tiene de forma muy habitual. A través de análisis y diagnóstico, se puede llevar a cabo una comprensión más precisa sobre las circunstancias que llevan a que el hipo tenga su aparición de modo más habitual.

Las contracciones espasmódicas e involuntarias que sufre el cuerpo cuando se padece hipo, hacen que los músculos intercostales se muevan rápidamente y de forma brusca para realizar la inspiración súbita de aire. Al fin y al cabo, es un acto reflejo que no cumple una función de defensa o protección, sino que es una acción que se genera en el cuerpo y que se inicia repentinamente, pudiendo ocasionar algún daño muscular. Algunas veces se puede sufrir un pequeño pinchazo en ciertas zonas del tronco torácico o en las lumbares a causa de los movimientos que se generan cada vez que hay una inspiración.

Consecuencias del hipo 

En general, no se puede decir que el hipo sea algo grave, pero sí que puede ocasionar otras consecuencias. Por un lado, resulta muy molesto si perdura en el tiempo y si se siente que está fuera de control, es decir, que no se consigue quitar y que está actuando de forma permanente. 

Otro caso es el trastorno que puede generar en el sueño. Si nos vamos a dormir y no se quita el hipo, se puede entrar en un estado de incapacidad para el descanso que puede implicar otras secuelas psicológicas.

La ansiedad es otra de las consecuencias que están ligadas al hipo. El simple hecho de no quitarlo fácilmente o que no se pueda controlar como realmente se desea, hace que el sistema nervioso se altere y se empiece otro proceso de hiperventilación que no beneficia en absoluto. Una sensación tan incómoda como esta hace que, a nivel psicológico, no se llegue a tener una percepción de tranquilidad cuando se padece el hipo; de hecho, suele ser todo lo contrario, es cuando hay más posibilidades de padecer nerviosismo.

Por tanto, el hipo es un proceso que no resulta perjudicial para la salud y tampoco entra en la categoría de afecciones graves; en realidad, es un tipo de proceso que padece el cuerpo que puede solventar en cuestión de pocos minutos y de forma sencilla; incluso, no se manifiesta de manera inesperada, sino que se tienen que juntar una serie de condicionantes para que pueda tener un inicio como tal.

Cómo quitar el hipo

Los métodos para quitar el hipo son variopintos. Algunos resultan más efectivos, mientras que otros no lo son tanto. Generalmente, hay algunos remedios tradicionales que pueden funcionar, pero también es cierto que frente al hipo hay que buscar soluciones eficientes que, al fin y al cabo, alivien la situación tan molesta que genera.

• Una de las fórmulas más resolutivas es aguantar la respiración durante unos segundos. A continuación, se debe espirar para ganar mayor tranquilidad mental y también en la propia respiración. Así se puede comprobar que el hipo puede actuar, pero también se quita de inmediato. Si persiste, se puede realizar el procedimiento tantas veces como se crea conveniente hasta que, finalmente, se consiga reducir el hipo al máximo. 
• Las respiraciones abdominales permiten coger el aire lentamente; no obstante, hay que aguantarlo durante 15 segundos y soltarlo mientras se deshincha el abdomen. Este proceso se puede realizar de manera consecutiva en varias ocasiones para conseguir, así, un control en la respiración y que se acaben los espasmos tan bruscos y molestos.
• Otra solución sería tumbarse boca arriba y mantener una respiración profunda con la que se gane tranquilidad y sosiego. De este modo, se consigue reducir la acción del hipo y, a partir de ahí, se logra un sentimiento de calma que resulta agradable como para que la respiración sea normal y se pierda ese estado de nervios que suele provocar.
• Uno de los métodos que pueden funcionar de manera bastante efectiva es sorber de una pajita en un vaso con agua fría mientras se aprietan los oídos. De esta manera, se consigue reducir la actividad del propio hipo. También está la posibilidad de beber agua tibia de un vaso a un ritmo lento y sin acelerarse. La idea es que se aguante así la respiración mientras se bebe el agua y, mientras tanto, se consigue también un estado de tranquilidad que favorece la reducción del hipo.
• Desde el punto de vista psicológico, es bueno distraerse con algo que pueda captar la atención. Es una forma de no prestar tanta atención al problema y que se logre una calma mental y en la respiración que, al fin y al cabo, puede resultar satisfactorio como para que se pierda poco a poco el hipo. En este sentido, se evita la sensación de preocupación y malestar y se pasa a prestar la atención en otras cosas. En poco tiempo se puede comprobar que el hipo ya no actúa.