Tras dar a luz, las madres pueden plantearse multitud de dudas relacionadas con dar el pecho a sus pequeños. Por ejemplo, la cantidad de leche que deben consumir, la posición que deben adoptar o los alimentos que la madre debe evitar durante la lactancia.
Ciertamente, mientras la madre esté dando el pecho al bebé, existen ciertos alimentos que no debe consumir. Y es que según advierten los médicos, su alimentación puede repercutir directamente en la salud del pequeño. En este artículo de la Welthy Magazine vamos a contarte qué no se puede comer durante la lactancia materna.
¿Qué no se debe comer durante la lactancia?
Hay que prestar atención a los alimentos consumidos por la madre durante estos meses, pues puede alterar el compuesto de la leche materna. Por esa razón, durante el tiempo que dure la lactancia, es recomendable seguir una dieta saludable y evitar la ingesta de ciertas sustancias que pueden afectar al sabor de la leche materna o directamente pasar al bebé.
La idea no es prohibir tajantemente ciertos alimentos, pero sí reducir su consumo o evitarlos tanto como sea posible, al menos durante los primeros meses de lactancia.
Si quieres saber qué no se puede comer durante la lactancia materna, aquí tienes una lista:
- Alcohol. Hablamos de una bebida que pasa directamente a la leche materna. De hecho, tras ser ingerida, la leche materna puede absorber el alcohol del organismo en cuestión de 30 minutos. Cuando el bebé consume esta leche, puede repercutir en su salud a nivel psicomotor y neurológico. Además, puede provocar irritabilidad y somnolencia en el pequeño y provocar intoxicación en el hígado al no poder eliminar el alcohol de la misma manera que lo hace un adulto. El alcohol también puede repercutir en la absorción de nutrientes que son esenciales para fomentar un buen desarrollo y crecimiento. En caso de que la madre quiera consumir algo de alcohol, como una copa de vino o una cerveza, lo más recomendable es sacarse la leche y almacenarla previamente para dar de comer a su bebé. Una vez consuma dicha bebida alcohólica, tendrá que esperar varias horas para volver a dar el pecho con seguridad.
- Chocolate. El chocolate contiene teobromina, que provoca un efecto parecido a la cafeína. Tras su ingestión, puede aparecer en la leche materna al cabo de varias horas, provocando somnolencia e irritación en el bebé. No hace falta que la madre deje de tomar chocolate durante los meses de lactancia, pero sí que evite consumirlo con frecuencia o en cantidades abundantes.
- Cafeína. El café, el té verde o los refrescos de cola son ricos en cafeína, por lo que es preciso reducir su ingesta durante el tiempo de la lactancia. La cafeína es un estimulante que puede repercutir en la salud del bebé, provocando irritabilidad, dificultad para dormir e incluso anemia. Lo más recomendable es tomar un máximo de 2 tazas de café al día, aunque también es posible sustituirlo por café descafeinado.
- Alimentos intensos. Nos referimos a aquellos alimentos que tienen un sabor demasiado intenso, como es el caso de la cebolla, los espárragos o el ajo. Estos pueden alterar el olor y el sabor de la leche materna si se consumen todos los días o en cantidades abundantes. De ese modo, pueden dificultar el proceso de la lactancia si el bebé rechaza tomar la leche.
- Alimentos procesados. Los alimentos procesados son fuente de grasa no saludables, azúcares y calorías. Además, apenas aportan los nutrientes esenciales que necesita el cuerpo, algo que puede dañar la calidad de la leche materna. Por esa razón, durante estos meses es preferible decantarse por alimentos naturales y frescos, limitando el consumo de alimentos procesados como pizzas, hamburguesas, patatas fritas, salchichas, refrescos o bollería industrial, entre otros. Para más información, en el siguiente artículo te hablamos sobre los alimentos procesados buenos para la salud.
- Alimentos crudos. El pescado crudo es uno de los ingredientes esenciales que suelen utilizarse en la gastronomía japonesa. Sin embargo, su consumo puede provocar intoxicación alimentaria y provocar infecciones gastrointestinales con vómitos y diarreas. Aunque los alimentos crudos en un primer momento no afectan al bebé, una intoxicación alimentaria puede conllevar la deshidratación de la madre, lo que dañaría la producción de leche.
- Ciertos tipos de té. Si la madre es adicta al té, es necesario consultar con especialistas las variables que pueden afectar a la producción de la leche materna o provocar efectos adversos en el bebé.
- Alimentos que provocan alergia. Si la madre tiene alergia a determinados alimentos, el bebé puede desarrollarlas si la madre los consume durante el periodo de lactancia. En caso de tomar un alimento que provoque alergia, lo primero que hay que hacer es eliminarlo de la dieta y, en segundo lugar, es aconsejable que el pediatra haga un reconocimiento al bebé. De ese modo, las mamás deben prestar atención a determinados alimentos, entre los que destacan los siguientes: huevos, frutos secos, soja, leche y productos derivados, maíz y jarabe de maíz. Estos alimentos son más fáciles de alergia y pueden causar diversos síntomas en el bebé en forma de estreñimiento o diarrea, enrojecimiento en la piel, eczema o la aparición de comezones. En caso de que aparezcan estos síntomas, es importante que la mamá recuerde los alimentos que consumió unas horas antes de dar el pecho a su bebé.
Lo cierto es que no hay reglas concretas que sirvan para todas las mamás por igual. Amamantar al bebé es algo que contribuye con su salud física y su crecimiento emocional, pero las precauciones o hábitos pueden variar de una madre a otra.
Por regla general, es necesario evitar ciertos alimentos durante el embarazo y también durante la lactancia, algo que sí es aplicable a todas las madres que amamantan a sus hijos. De ese modo, se recomienda reducir el consumo de café, evitar ingerir alcohol, beber bastante agua al día y comer alimentos saludables y nutritivos.
¿Qué alimentos le producen gases a los bebés durante la lactancia?
La mujer ha de cuidar su dieta durante el tiempo que dure la lactancia. Así se asegura de proporcionar a su bebé los minerales, vitaminas y nutrientes que necesita para contribuir con su desarrollo. Ahora bien, es necesario prestar atención a aquellos alimentos que pueden afectar a la calidad de la leche materna y a su sabor, pues pueden provocar rechazo del recién nacido.
El cólico por gases se identifica fácilmente en los bebés a través de su llanto desesperado y sus movimientos al sentir un gran dolor abdominal, algo que puede repetirse varias veces al día. Los cólicos desarrollados en el bebé aparecen por dos circunstancias clave: la ingestión de aire que se produce durante la alimentación y los generados en el intestino tras la digestión.
En el primer caso, decir que en el pecho no existe aire, sólo existe leche. De esa forma, si el enganche se produce correctamente, el bebé no debe tragar aire. Ahora bien, una forma de evitarlo es a través del uso de biberones con tetinas especiales anticólicos, que impiden que el bebé ingiera aire a través de su sistema de salida de leche.
En realidad, no existe ninguna evidencia científica que demuestre que los alimentos que consume la madre produzcan cólicos o gases en el bebé. Lo que sí puede suceder es que la composición de la leche varíe según la dieta que siga la madre. En este sentido, el sabor de la leche será diferente según lo que se coma.
Ahora bien, si hablamos de una alergia provocada por la proteína de la leche de vaca (algo que no suele suceder a menudo), al excluir la leche y sus derivados de la alimentación de la madre, se puede advertir mejoría en el pequeño.
Sin embargo, esto no significa que lo que coma vaya a influir en los gases del bebé. Lo que puede hacer es cambiar parte de su dieta para impedir que el bebé se sienta mal tras la alimentación.
El reflujo gastroesofágico se produce como consecuencia de la inmadurez de la válvula del estómago, la cual puede provocar reflujo ácido, que conlleva la aparición de vómitos, ardor, eructos, trastornos del sueño y gases.
Para evitar la aparición del reflujo, es preferible dar el pecho acostada, depositando al bebé en el brazo para que se encuentre ligeramente levantado. Además, la leche es un antiácido natural que puede producir mucho alivio en este sentido.
Si el bebé rechaza la leche es porque puede asociar el dolor causado por el reflujo con la lactancia materna. En este caso, los pediatras suelen decir a sus pacientes que traten de dar el pecho a sus bebés en otras posiciones, como acostada o caminando.
Tanto la legumbre como las bebidas gaseosas, los picantes, las grasas, las comidas ácidas o algunos alimentos concretos como el repollo pueden producir gases en la madre que pueden resultar muy molestos. Sin embargo, no tienen ninguna incidencia en el pequeño, pues únicamente tendrán cabida en el sistema digestivo de la madre y no se traspasan a la leche. Lo que sí pueden hacer es cambiar su sabor y hacer que el bebé lo rechace.
En resumen, los gases son algo común, pero para hacer que desaparezcan puedes adoptar ciertas medidas, como mecer al pequeño, pasearlo en su cochecito o succionar un chupete.